3 de febrero de 2012

Educar para Ser

Creo en una educación que parta de la propia transformación personal del adulto para poder acompañar respetuosamente los procesos vitales de cada niño.
Coincido en que educar no es instruir o enseñar, sino posibilitar el desarrollo del potencial interno que todo niño trae consigo, a través de un ambiente seguro y preparado a sus necesidades. Un ambiente donde se sienta escuchado, amado y aceptado sin condiciones, donde se le permita Ser en toda su totalidad.
Los niños aprenden a través de sus vivencias. Necesitan jugar, moverse y disfrutar de su cuerpo. Reconocer y expresar sus emociones, pensar para intentar resolver sus conflictos, desplegar su creatividad e interactuar con un entorno donde los límites sean claros para poder experimentar y descubrir todo aquello que los rodea. 
Nuestro rol como adultos (madres, padres, educadores...) es el de estar presentes acompañando este proceso, brindando las condiciones óptimas para que cada niños se desarrolle en armonía. Para esto es importante que tomemos conciencia de nuestras creencias, conductas y respuestas. Porque conectando con nuestro Ser podemos desde aquí, comprender, aceptar y permitir Ser al otro. 
Erica Borzese.